miércoles, agosto 1

For me it begins at the end of the road

Algunas cosas parecen cada vez más lejanas. No soy yo la que se está alejando, sin embargo; son ellas las que están quedando atrás. Estos tiempos tan movidos me han ido enseñando a reconciliarme con todo eso que simplemente no puedo controlar o cambiar: mi familia, mis amigos, el pasado -sobre todo el pasado, y todo lo que sigo arrastrando de él. Amo a mis fantasmas, pero ya no me dan miedo, y eso ha hecho que sean menos aterradores, más amables, que me quieran y me ayuden en lugar de tirarme hacia atrás. Ahora sé que nada puede tirarme hacia atrás, sobre todo yo misma. Estoy de pie en medio de mis sueños cumplidos y se siente maravilloso. Ya es tiempo de buscar otros nuevos, de ir más allá.

He aprendido que a veces los finales no son finales, sino nuevos comienzos, resignificaciones. He aprendido que no es asunto mío enseñarle a personas que no quieren aprender, o que no están en el momento adecuado para hacerlo. He aprendido que lo más importante es tenerte a ti misma, estar segura de eso, de que siempre vas a estar allí, para ti, sin importar lo que pase. Aún tengo mucho por aprender, ya no creo saberlo todo. Es difícil ser adulta, mujer, investigadora, vivir sola e intentar descubrir cómo llevar una vida que me haga feliz y me permita seguir haciendo lo que más me gusta, pero está bien así, me gusta, soy feliz. No siempre va todo bien, pero it's ok. Al final del día, aunque me vaya a dormir llorando, sonriendo, con dolor de cabeza o con el corazón en paz, sé que todo estará bien, que estaré bien, que siempre se puede volver a empezar y que las cosas pasan en la medida que quieras que pasen. Todo lo demás es una lección para aprender a seguir tu propio camino, no traicionarte, serte fiel a ti misma y amarte por sobre todas las cosas. No sé a dónde voy con esto. Éste será un buen mes.

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