sábado, septiembre 2
#45
No sé cómo describir con palabras todo lo que ha pasado en la última semana. Algo ha cambiado, algo muy concreto y sustancial, pero no puedo ni quiero decir qué es -solo lo siento. Lo siento en la sensación de estar más allá, más acá, más arriba y más abajo. Lo percibo en mi voz y en mis manos y en mi valentía. Es la coincidencia de los libros, las personas, los videos, las series, los recuerdos, el volver a leerse. Me leo a mí misma en las huellas que he dejado aquí y me reconozco, vuelvo a conocer lo que me ha traído hasta aquí y agradezco, de corazón. Hay cosas que profundamente no puedo perdonar. Lo demás, lo que de verdad importa, está más allá del perdón o el rencor. Está en ese otro lugar que vibra siempre, que late siempre, que olea siempre. Está en ese lugar donde no importan las dudas o los miedos o las incertidumbres, sino la entrega, el amor, el dejar ser, el fluir, el agua. Somos agua, soy agua y vida y muerte a la vez, y siempre lo he sido y siempre lo seré. No existo para estar encerrada en los límites de alguien más, para ceñirme a alguien más. Soy, y eso es suficiente, porque soy ilimitada, eterna, indescriptible, incognoscible. Gracias por las coincidencias y las sincronías, Universo, te estoy escuchando, te estoy viendo, te estoy sintiendo. Estoy aquí, y soy esto. Estoy lista. Ya sé lo que quiero.
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