jueves, agosto 31
#42
Mi subconsciente aún sueña con él. Es como si no supiera que ya no está, que no va a volver ya nunca más. Tengo que recordárselo a diario, y cada vez que lo hago el corazón se me encoge un poquito más. Luego le repito, una y otra vez, 'has pasado por esto antes, has estado muerta antes, has renacido más de una vez desde las cenizas de tu propio corazón, y vas a estar bien, como tantas veces antes'. Pero la voz dentro de mi cabeza insiste en llamarle, en reclamarme porque no viene, buscando entre mis recuerdos el último contacto, la última vez que, la última sonrisa. Yo le digo que no lo haga, que por favor se detenga y asuma de una vez que eso ya no existe. Pero no me hace caso, tiene vida propia. Y le digo que es extraño terminar una relación de pareja, porque pasas a ser una desconocida con mucha información y conocimientos sobre alguien que ya no está en tu vida, y todos esos detalles se quedan flotando en tu subconsciente, esperando pacientemente para manifestarse en tus sueños y dejarte con un sabor amarguísimo al despertar. Es extraño, porque también anda un desconocido por ahí que me conoce casi tanto como yo misma, pero ya no importa, todo eso está guardado en sus recuerdos y ya no sirve de nada. Ni siquiera sirve como una cobija, como esa dulce calma que me arropaba cada noche antes de dormir. No hay nada que hacer ni qué decir; no va a volver, y lo siento, pero todos esos recuerdos tendrán que quedarse en sueños, y ojalá ya no recordarlos en las mañanas. Ojalá despertar sabiendo que no soñé nada, y que no fue con él.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario