jueves, junio 27

Los tiempos cambian. No somos los mismos que hace ocho años -notablemente, increíblemente, evidentemente no somos los mismos. A veces me encuentro en situaciones que antes jamás habría podido manejar, y ahora enfrento como si nada. No sé muy bien qué es lo que estoy haciendo, en general, con todo, pero me siento bien, y siento que voy bien, que todo está saliendo como tiene que salir. Están pasando las cosas que tienen que pasar, como tienen que pasar, cuando tienen que pasar. Me pregunto si acaso eso es ser adulta, si es dejar que la vida pase y adaptarse a los cambios, a las olas, a todo. Me siento al borde de algo, pero a la vez muy segura de lo que hago, de lo que siento, de lo que soy. Me gusta donde estoy, con quien estoy, en quien me he convertido a lo largo de los últimos dos años, después de todos estos aprendizajes y procesos acelerados que me han llevado a aceptarme a mí misma con todo, con muertes, oscuridades, altibajos, cuerpo y todo. Aún queda mucho, pero voy, y voy bien. Que pase lo que tenga que pasar.

No hay comentarios: